ALGUIEN LO TIENE QUE DECIR


OPINIÓN AJENA

Viste, el negocio es ser asambleísta (…), ese man ha comido hasta ahora, entre los tres hospitales, como USD 2 millones.
Uno de los mensajes en el teléfono de José Alfredo Santos (alias Chofer), uno de los hombres cercanos al exasambleísta preso Daniel Mendoza, en la trama de corrupción de la adjudicación de obras en Manabí.
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CON 'LOS CINCO SENTIDOS DEL PERIODISTA', según Ryszard Kapuściński (1932-2007).

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'Decano de la prensa nacional…' pero con la mitad de la verdad

No a la violencia política”, es el título principal de la portada de El Telégrafo de este viernes. Y agrega: “Los grupos de oposición han golpeado y herido a militantes de PAIS. Nada justifica la agresión cuando al mismo tiempo se pide diálogo y debate. El Gobierno anuncia varios controles para las protestas”.
Totalmente de acuerdo contra la violencia. Así no se puede dialogar.
Totalmente en contra de informar parcialmente. Según vi en vivo y directo las botellas y objetos lanzados en la Shyris, salían de un bando y otro. Es más, cuando hablaban dos asambleístas de PAIS, llegaban y salían botellas. Ergo, la violencia no es de un solo lado.
Totalmente en contra de destacar en la pág. 6 las movilizaciones con fuentes oficiales que las condenan. Claro, está bien, pero es la mitad de la verdad. ¿Y los otros protagonistas? ¿Eso no es manipulación? Cómo es que en ediciones anteriores, sacaron a cuatro o cinco manifestantes, en una foto ‘cerrada’ contra el Alcalde Rodas? Eso no es mala intención o manipulación? ¿Quién decide qué va y cómo en el diario?¿Y cómo en la pág 17, se destaca que “hace semanas miles de guatemaltecos piden la renuncia” del presidente Otto Pérez? Y además, amplían al lado de la nota: Mañana habrá una manifestación. Las protestas se concentran en el Congreso.
¡Por favor! Esto es burdo y grave en cualquier medio de comunicación. ¿Y en un medio público? El calificativo se lo pone usted. 

Ecuador promociona en Italia ¿el país o la Revolución?

Vargas Llosa y Hernán Reyes dan en el clavo

"La creciente banalización del arte y la literatura, el triunfo del amarillismo en la prensa y la frivolidad de la política son síntomas de un mal mayor que aqueja a la sociedad contemporánea: la suicida idea de que el único fin en la vida es pasárselo bien", dice el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa.
La excelente radiografía del escritor peruano en su ensayo La civilización del espectáculo, coincide con la realista visión del colega ecuatoriano Hernán Reyes, quien considera que "la política está presente en los medios al costo de una enorme banalización", según el título de la entrevista que publicó El Telégrafo de este lunes 8.
Reyes, Vocal del Consejo de Regulación y Desarrollo de la Información y Comunicación, CORDICOM, entre diversos conceptos sostiene con claridad que "uno de los primeros factores que vuelve timorato al periodismo es la falta de autocrítica", y Vargas Llosa, critica a los medios por la forma que tratan los temas y recuerda que "la cultura fue una especie de conciencia que impedía dar la espalda a la realidad. Ahora, actúa como mecanismo de distracción" y, con buen espíritu crítico advierte que por ello "la cultura, en el sentido que tradicionalmente se ha dado a este vocablo, está en nuestros días a punto de desaparecer".
Me alegra coincidir con ambos, salvando las distancias ideológicas entre ellos, y de nivel profesional de ambos conmigo. Y no resulta difícil comprobar tales anuncios con solo dedicar un poco de tiempo a ver más allá de las noticias, o más acá en los contenidos de la mayoría de medios nacionales y extranjeros.

¿Cuánto nos cuesta El Telégrafo?

Portada y propaganda.
Por Felipe Burbano de Lara El Universo. 
Mientras ponía gasolina en una estación de Petroecuador, en el norte de Quito, pregunté a quien atendía si los periódicos El Telégrafo que se mostraban en un pequeño escaparate eran de cortesía. Cuando respondió que sí, le pedí que me regalara (¿?) uno. Para sorpresa, me obsequió tres ejemplares. Solo necesito uno, muchas gracias, le dije, y pensé inmediatamente: derroche y generosidad del Estado, un subsidio más para el buen vivir de los ciudadanos. ¿Cuánto costará tanta generosidad con el tiraje?
El generoso obsequio fue la oportunidad para revisar los contenidos, titulares, orientación de su línea editorial y artículos de sus columnistas. Desde entonces he revisado varias ediciones. La conclusión siempre es la misma: una militancia editorial, informativa, a favor de la revolución ciudadana; destaca logros, sigue sus actividades, reproduce declaraciones de sus ministros, sus indicadores, aborda sus temas, con ecos sobre las páginas de opinión y el editorial oficial del periódico. Dicha militancia oficialista tiene como su contraparte una tendencia a criticar las acciones opositoras, con especial atención y acuciosidad hacia algunos alcaldes. El editor bien podría ser Fernando Alvarado.
Se supone que El Telégrafo es un periódico público, pero resulta evidente que no hay una idea clara de cómo traducir esa definición en una línea periodística y editorial. ¿Cómo se escogen los temas, cómo se definen los enfoques, los titulares, qué se cubre y qué no?...

Un mapa que preocupa

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