Glass se agranda y multiplica. |
Además, si alguien lo quisiera matar, con la irresponsabilidad del guardia al dar información reservada –por un tema de seguridad-, cualquier loquito que se enterara y quisiera, podría esperarlo. No para matarlo, pero quizá para agredirlo.
¿Qué gana Glas y su despliegue de seguridad con esta situación? El moderno y lujoso hotel de Quito, donde el jerarca desayunaba ayer miércoles 24, tiene espacio suficiente para estacionar sin molestar a la señora y sus compañeros que, ellos sí, fueron a trabajar.