‘Protegido’ por Dios y cientos de agentes de los servicios de Seguridad e Inteligencia británicos, el Papa Benedicto XVI visita Inglaterra, lo que le cuesta al gobierno anfitrión –es decir, a los creyentes ingleses o no-, 31 millones de dólares. Como el gigante operativo de seguridad no tranquiliza a su santidad, viaja con su ‘papamóvil’ de vidrios blindados y equipado contra atentados.
Con esa fortuna de dinero, la cantidad de víctimas de abusos sexuales de sacerdotes católicos que se podrían reparar. Y ni hablar de los vasos de leche o almuerzos para niños con hambre que se podrían comprar.
Con esa fortuna de dinero, la cantidad de víctimas de abusos sexuales de sacerdotes católicos que se podrían reparar. Y ni hablar de los vasos de leche o almuerzos para niños con hambre que se podrían comprar.
Según una encuesta de Populus para el diario The Times de Londres, solo uno de cada diez británicos está de acuerdo con esta visita y seis de cada diez, dijeron que el Estado británico no debería pagar “ni un penique” por la presencia papal.
¿Saben quién ha estado atendiendo especialmente al papa?, la longeva reina Isabel II. Claro está tan ‘pintada’ con él.