Correa, según El Colombiano. |
“En una de sus intervenciones públicas, el presidente de la
República, Rafael Correa, ha vuelto a acusar a los medios de comunicación —sin
precisar qué medios ni exhibir pruebas objetivas— de haber tramado una presunta
conspiración que condujo a los lamentables hechos del 30 de septiembre de 2010.
En esa fecha, lo conoce la ciudadanía suficientemente, una reivindicación salarial de efectivos de la Policía se convirtió en una inaceptable y peligrosa revuelta que, inclusive, puso en riesgo la vida del jefe de Estado. Mientras eso sucedía, el presidente declaró el estado de excepción y salvo los medios gubernamentales ningún otro pudo informar a la ciudadanía de los dramáticos acontecimientos que ocurrían, que lamentablemente costaron la vida de 10 compatriotas, heridas a 274, y condujeron a una compleja crisis institucional de seguridad...
Las contradicciones del General sobre el '30S' En esa fecha, lo conoce la ciudadanía suficientemente, una reivindicación salarial de efectivos de la Policía se convirtió en una inaceptable y peligrosa revuelta que, inclusive, puso en riesgo la vida del jefe de Estado. Mientras eso sucedía, el presidente declaró el estado de excepción y salvo los medios gubernamentales ningún otro pudo informar a la ciudadanía de los dramáticos acontecimientos que ocurrían, que lamentablemente costaron la vida de 10 compatriotas, heridas a 274, y condujeron a una compleja crisis institucional de seguridad...
Según el aparato de propaganda del Gobierno del presidente Correa, esos
repudiables sucesos formaron parte de un intento de golpe de Estado —que
denomina ‘blando”— y de un intento de magnicidio. Ahora, tras la publicación de
un libro escrito por quien se desempeñaba como jefe del Comando Conjunto de las
Fuerzas Armadas el 30 de septiembre de 2010, inexplicablemente, el presidente
ha vuelto a insistir en su grave acusación contra los medios.
Los diarios asociados en la Asociación Ecuatoriana de
Editores de Periódicos -AEDEP- rechazan tal imputación. Aun cuando el
presidente Correa nos ha tomado como sus enemigos desde que llegó a Carondelet,
jamás los diarios y revistas asociados en la AEDEP han buscado el derrocamiento
del presidente, mucho menos su asesinato. Esta posibilidad es impensable. Tales
afirmaciones, en vez de fortalecer una democracia en que los medios de comunicación
privados jueguen un rol positivo, más bien siembran las dudas sobre los
principios y valores, así como la vigencia histórica de la democracia
republicana.
La Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos, al país
En una de sus intervenciones públicas, el presidente de la
República, Rafael Correa, ha vuelto a acusar a los medios de comunicación —sin
precisar qué medios ni exhibir prueba objetivas— de haber tramado una presunta
conspiración que condujo a los lamentables hechos del 30 de septiembre de 2010.
En esa fecha, lo conoce la ciudadanía suficientemente, una reivindicación salarial de efectivos de la Policía se convirtió en una inaceptable y peligrosa revuelta que, inclusive, puso en riesgo la vida del jefe de Estado. Mientras eso sucedía, el presidente declaró el estado de excepción y salvo los medios gubernamentales ningún otro pudo informar a la ciudadanía de los dramáticos acontecimientos que ocurrían, que lamentablemente costaron la vida de 10 compatriotas, heridas a 274, y condujeron a una compleja crisis institucional de seguridad.
Según el aparato de propaganda del Gobierno del presidente Correa, esos repudiables sucesos formaron parte de un intento de golpe de Estado —que denomina ‘blando”— y de un intento de magnicidio. Ahora, tras la publicación de un libro escrito por quien se desempeñaba como jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas el 30 de septiembre de 2010, inexplicablemente, el presidente ha vuelto a insisitir en su grave acusación contra los medios.
Los diarios asociados en la Asociación Ecuatoriana de
Editores de Periódicos -AEDEP- rechazan tal imputación. Aun cuando el
presidente Correa nos ha tomado como sus enemigos desde que llegó a Carondelet,
jamás los diarios y revistas asociados en la AEDEP han buscado el derrocamiento
del presidente, mucho menos su asesinato. Esta posibilidad es impensable. Tales
afirmaciones, en vez de fortalecer una democracia en que los medios de comunicación
privados jueguen un rol positivo, más bien siembran las dudas sobre los
principios y valores, así como la vigencia histórica de la democracia
republicana".En esa fecha, lo conoce la ciudadanía suficientemente, una reivindicación salarial de efectivos de la Policía se convirtió en una inaceptable y peligrosa revuelta que, inclusive, puso en riesgo la vida del jefe de Estado. Mientras eso sucedía, el presidente declaró el estado de excepción y salvo los medios gubernamentales ningún otro pudo informar a la ciudadanía de los dramáticos acontecimientos que ocurrían, que lamentablemente costaron la vida de 10 compatriotas, heridas a 274, y condujeron a una compleja crisis institucional de seguridad.
Según el aparato de propaganda del Gobierno del presidente Correa, esos repudiables sucesos formaron parte de un intento de golpe de Estado —que denomina ‘blando”— y de un intento de magnicidio. Ahora, tras la publicación de un libro escrito por quien se desempeñaba como jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas el 30 de septiembre de 2010, inexplicablemente, el presidente ha vuelto a insisitir en su grave acusación contra los medios.