Por Sara Serrano Albuja *
¿Qué escribiría hoy Espejo desde su visión crítica y ética? Quizá se habría referido al Yasuní amenazado o al asesinato de José Isidro Tendetza o la prisión de activistas y a la intolerancia contra el pensamiento pluralista. También habría criticado a la corrupción y al fanatismo de donde viniesen. La luz de Eugenio de Santa Cruz y Espejo, nacido en Quito en 1747, sigue iluminando la historia del periodismo ecuatoriano y del pensamiento científico y libertario de América Latina.
¿Qué escribiría hoy Espejo desde su visión crítica y ética? Quizá se habría referido al Yasuní amenazado o al asesinato de José Isidro Tendetza o la prisión de activistas y a la intolerancia contra el pensamiento pluralista. También habría criticado a la corrupción y al fanatismo de donde viniesen. La luz de Eugenio de Santa Cruz y Espejo, nacido en Quito en 1747, sigue iluminando la historia del periodismo ecuatoriano y del pensamiento científico y libertario de América Latina.
Espejo, mural Av. Amazonas. |
El 5 de enero, Día del Periodista, nos recuerda la primera publicación del periódico Primicias de la Cultura de Quito creado por Espejo. Su amor al conocimiento le impulsó a estudiar medicina, derecho canónigo y derecho civil. Publicó varias obras. Sus ideas libertarias propiciaron la educación como norte del progreso social y el despertar de los pueblos. Por eso, en su periódico, invitaba a todos a escribir, sin distinción alguna, solamente con el requisito de contribuir con el papel.
Fue médico, periodista, escritor, bibliotecario y activista político y convocó al pueblo a la sublevación con estas consignas aparecidas en Quito con fondo rojo y cruz blanca: “Liberi sto. Felicitatem et gloriam consecuuto-salva cruce”. Espejo fundó la Escuela de la Concordia y Sociedad Patriótica Amigos del País. Planteaba la emancipación política de la Real Audiencia de Quito y de todas las colonias hispanoamericanas lo cual le costó la cárcel, en condiciones infrahumanas, y la muerte.
Toda su semilla fructífera, se transformó en el caudal del 10 de Agosto y de los procesos emancipadora, su pensamiento es parte sólida de nuestra identidad quiteña y ecuatoriana.
Los periodistas, médicos, bibliotecarios e intelectuales tienen en Espejo un norte de pensamiento crítico al servicio del bien común y del amor por la ciudad y el país. Espejo no es una estatua a la que hay que venerar, Espejo es el infatigable intelectual que nos sigue dando luces junto a su hermanos Manuela Espejo y al sacerdote Pablo Espejo, quien desde el púlpito hablaba de los derechos del hombre.