ALGUIEN LO TIENE QUE DECIR


OPINIÓN AJENA

Viste, el negocio es ser asambleísta (…), ese man ha comido hasta ahora, entre los tres hospitales, como USD 2 millones.
Uno de los mensajes en el teléfono de José Alfredo Santos (alias Chofer), uno de los hombres cercanos al exasambleísta preso Daniel Mendoza, en la trama de corrupción de la adjudicación de obras en Manabí.
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CON 'LOS CINCO SENTIDOS DEL PERIODISTA', según Ryszard Kapuściński (1932-2007).

Zapatos, el poder y pelotudeces


Modelos preferidos.
La presidenta argentina, Cristina Fernández, compró 20 pares de zapatos por 110.000 dólares en París, en su visita de Estado, antes de seguir a Nueva York  a las Naciones Unidas. Por su gusto refinado, no son zapatillas de deporte, sino diseños de Christian Louboutin. Aunque hubo desmentidos y aclaraciones oficiales, se supo que la presidenta y su hija, se alojaron en el lujoso hotel George V de París, donde encargaron los zapatos al personal del hotel, donde disfrutaron de horas probándose la variedad de modelos. Claro, un buen par de zapatos no luce tanto, sino no se combina adecuadamente con carteras de Louis Vuitton y Hermès, que también adquirieron.
¿Ruborizada?
El obediente jefe del gabinete de ministros argentino, Aníbal Fernández, salió a matar al mensajero.
En vez de aclarar el caso, la emprendió contra el New York Post, al que acusa de “sensacionalista”. Y a los medios de su país, dedica la frase: “El tema es cuando los propios argentinos empiezan a repetir estas pelotudeces”.

Modelo propio
En Filipinas, Imelda Marcos, viuda del ex dictador filipino Ferdinand Marcos en 1987, aclaró, nunca tuve 3.000 pares de zapatos, eran 1.060. Mientras los filipinos vivían en la miseria, Imelda llevaba una vida opulenta.
Una revuelta popular destituyó a su esposo, que se exilió en Hawai, donde murió en 1989. Un año después, su familia se instaló de nuevo en Manila, donde la viuda intentó en 1992 ganar la presidencia perdida por su marido. En la víspera de su fracaso electoral acuñó la frase famosa que no parece reflejar su compromiso popular: Ganemos o perdamos, nos vamos de compras después de las elecciones.

Un mapa que preocupa

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