Otra vez, perdimos todos

Luego de la trágica jornada pasada, el país vuelve a la calma. Claro que no hay marcha atrás. Los daños son muchos y tras la operación, el curar las heridas llevará mucho tiempo.
No solo están los cuantiosos daños materiales, para eso existen los seguros. También está el daño a la confianza y las instituciones, eso requerirá una terapia especial. Y para los familiares de los muertos y heridos, nada volverá a ser igual; porque eso es irreparable.
“Ni olvido ni perdón”, insistió el presidente Rafael Correa. Suena tan fuerte, como poético y romántico. Al anuncio presidencial se sumó el del Fiscal General, Washington Pesantez de investigar el secuestro. Pero ¿cómo hacerlo? ¿Vendrá una etapa peor de delación sin fin, diciendo “este fue, aquel no…”, entre miles de funcionarios?
Y si el ex presidente Lucio Gutiérrez y “algunos asambleístas”, como dijo Correa, estuvieron detrás de todo, ¿cómo comprobarlo? Porque, que yo sepa, no hay antecedentes de que alguien firme un contrato o recibo, para dar un golpe de estado. Aunque cuando el propio Gutiérrez lo hizo, al menos, dio la cara o su protagonismo lo traicionó.
Otra duda que comparto, si Correa aclaró que no negoció ni negociará, ¿cómo algunos anuncian que se revisará la Ley Orgánica del Servicio Público, que “desencadenó” el conflicto?