
Cada día, cientos de miles de conductores maldicen el tráfico caótico. ¿Y cómo no va a ser así? Además, existe el permanente dilema ¿a quién obedecer, a los semáforos o a los agentes de tránsito? Es que en lugar de estar en cruces conflictivos, cada día coinciden entre tres y cinco policías en cualquier esquina con semáforos. Eso no estaría mal si hicieran una actividad de apoyo. Pero por razones psicológicamente desconocidas, lo que hacen es desafiar la autoridad implacable y sin conciencia de los semáforos, por la de ellos. Y cuando está en rojo te obligan a cruzar, mientras que al encenderse la esperada luz verde, se te paran frente al vehículo y te hacen frenar bruscamente. El agravante, ¿no tenemos semáforos inteligentes en Quito?
Como en otros cruces, estuve largo rato viendo a los policías. En el caso de hoy estuve tentado en fotografiarlo. Pero, para que identificarlo, si no es una excepción.