(Foto @tomebamba). |
Ayer, al despegar de Tena con rumbo a Guayaquil, se precipitó a tierra el cuarto de los siete helicópteros marca Dhruv. Aunque no haya que lamentar víctimas mortales, el siniestro deberá ser investigado de manera profunda y esclarecido ante la opinión pública.
En el 2009, cuando en plena ceremonia de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) el primero de esos helicópteros adquiridos cayó, se buscó culpables en los pilotos. Luego siguieron otros accidentes. Dos de ellos ocurrieron en este mes de enero y uno, antes, involucró a la nave que servía como helicóptero presidencial.
Hace muchos años el excomandante de la FAE, general Jorge Gabela -muerto más tarde en un asalto en su casa-, dejaba entrever que ese equipo había sido desechado, que en Chile se malogró una compra y que el rigor técnico de la aviación de Estados Unidos no fue requisito para la compra en Ecuador.
Se dijo entonces que se debían verificar el equipamiento, los radares y las cualidades para una operación segura. Cabría preguntarse hoy, después de que cuatro helicópteros hechos en la India han caído en el Ecuador, si esas naves siguen operando en el país de fabricación.
Es importante establecer los informes de la Junta Investigadora de Accidentes y decirle al Ecuador lo que ocurrió en este y los demás casos. Cabe anotar que se puso en juego la vida del propio Primer Mandatario, que viajó en ese tipo de nave. Debemos conocer el informe técnico y los criterios que primaron para su compra.
El Comercio...
La Hora...