Según trascendió desde la redacción del diario, al profesional le dieron a elegir entre seguir en ese medio o
en sus redes sociales. Es bien raro ya en su cuenta de Twitter, con
15,8000 seguidores aclara que: Lo que diga aquí es de mi responsabilidad y no
tienen ninguna relación con mi empleador. Ahí comparte diversos temas, como #Cotopaxi
#EstadoDeExcepcion del
cantante Carlinhos Brown, de #Assange, y replica sus columnas de opinión. Además, en redes es donde ejercemos en plenitud nuestra libertad
de expresión. Optar por seguir en El Comercio, sería renunciar a ese derecho
elemental.
Como recordarán, el matutino nacional fue comprado por la empresa Telglovisión S.A., operación que concluyó en enero de este año. Los nuevos dueños -teniendo en cuenta el alejamiento de tantas voces críticas, como Carlos Vera de Ecuavisa, Jorge Ortiz y Bernardo Abad de Teleamazonas-, ¿no habrán sido permeables alguna presión del gobierno? Porque curiosamente, ‘no han silenciado’ a ningún comunicador de los medios oficiales.
El presidente Rafael Correa, al menos en diez ocasiones, se ha referido al periodista Martín Pallares, con adjetivos como “enfermo, sicario de tinta, chiflado, inmoral, falto de ética, cobarde, desquiciado, pobre hombre, malcriado”, lo que no habla muy bien del respeto, simpatía y reconocimiento por el profesional en cuestión.
Foto: knight.stanford.edu donde fue becario.
Como recordarán, el matutino nacional fue comprado por la empresa Telglovisión S.A., operación que concluyó en enero de este año. Los nuevos dueños -teniendo en cuenta el alejamiento de tantas voces críticas, como Carlos Vera de Ecuavisa, Jorge Ortiz y Bernardo Abad de Teleamazonas-, ¿no habrán sido permeables alguna presión del gobierno? Porque curiosamente, ‘no han silenciado’ a ningún comunicador de los medios oficiales.
El presidente Rafael Correa, al menos en diez ocasiones, se ha referido al periodista Martín Pallares, con adjetivos como “enfermo, sicario de tinta, chiflado, inmoral, falto de ética, cobarde, desquiciado, pobre hombre, malcriado”, lo que no habla muy bien del respeto, simpatía y reconocimiento por el profesional en cuestión.
Foto: knight.stanford.edu donde fue becario.