ALGUIEN LO TIENE QUE DECIR


OPINIÓN AJENA

Viste, el negocio es ser asambleísta (…), ese man ha comido hasta ahora, entre los tres hospitales, como USD 2 millones.
Uno de los mensajes en el teléfono de José Alfredo Santos (alias Chofer), uno de los hombres cercanos al exasambleísta preso Daniel Mendoza, en la trama de corrupción de la adjudicación de obras en Manabí.
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CON 'LOS CINCO SENTIDOS DEL PERIODISTA', según Ryszard Kapuściński (1932-2007).

El Quino de ayer y la Mafalda de hoy

Quino y su hija en Chile y Defensa. Buenos Aires.
El dibujante argentino Joaquín Salvador Lavado, 'Quino', el padre de Mafalda, aseguró que se siente "torpe e inútil para interpretar el mundo" actual, pero que si Mafalda aún existiera "diría lo mismo que dijo siempre" porque las situaciones y problemáticas siguen siendo las mismas. "Ahora estamos en una etapa de la cual yo me siento muy ajeno porque hay cosas que no entiendo", sostuvo Quino en una rueda de prensa en la 40° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
"El bitcoin es algo que a mí me vuelve loco. ¿Cómo va a existir una moneda que se cotiza en bolsa y la gente invierte, compra y vende? ¡Y que no existe!". 

Una visión determinista Además, el artista renegó de la tecnología que "ha cambiado muchísimo el mundo" a su entender "para peor" por "esto de estar todos tan comunicados y después, personalmente, no estar comunicados con nadie". "¿El mundo hacia dónde va? No sé, es lo que uno se ha preguntado desde que nació. A uno no lo dejan ilusionarse con muchas cosas porque se da cuenta que seguimos cayendo en las mismas cosas siempre".

Comprometido con la actualidad, a sus 81 años, el creador de Mafalda desea que el mensaje que les llegue de su obra a las nuevas generaciones sea el que ha querido transmitir desde un principio: "A ver si los seres humanos nos entendemos mejor y nos dejamos de manejar tan mal el planeta".
De muy buen humor y sumamente amable con toda la prensa, Quino se mostró feliz de ser una de las figuras homenajeadas en la cuadragésima edición de la cita literaria más importante de Suramérica. "Lo bueno que tiene la Feria del Libro es que uno conoce a la gente que lee lo que uno hace y charlar con los lectores siempre es muy bueno, porque sino el trabajo del dibujante es muy solitario", explicó el artista.

La soledad del dibujanteEl padre de Mafalda dijo que desde chico se tomó el dibujo "como una religión ortodoxa" a la que le dedicaba todo su tiempo y que debido a eso le "pasaron por el costado muchas cosas buenas de la vida", de las que no se enteró por su "obsesión por los detalles".

"Inclusive toda mi adolescencia fue ausente de chicas. Me gustaba mirar a la mujer (para dibujarla), pero después era como Felipe: arrimarme a una era una cuestión complicadísima", recordó.
"No me la imagino", respondió Quino al ser interrogado cómo cree que sería hoy Mafalda, que el próximo septiembre cumplirá 50 años, y aseguró que no ha pensando en ella, ni en los demás personajes, desde que en 1973 dio por terminada la mítica historieta. "Hay gente que se plantea si Susanita se hubiera casado con Felipe y ese tipo de cosas. A mí jamás se me ocurre porque no los siento como personas de verdad a mis personajes".

Los "dibujitos" no se casanQuino afirmó que, aunque haya gente que se enoja cuando lo dice, siempre ha visto a sus creaciones como meros "dibujitos". "Yo me comparo con un carpintero que le gusta trabajar la madera y entre los muebles que le salen habrá alguno que le gusta más que otro, pero a todos los quiere igual", explica.

El dibujante contó que, ahora que ya no dibuja, no suele reflexionar sobre lo que ha hecho a lo largo de toda su carrera y al mirar hacia atrás, cuando ve su vasta producción, se pregunta "cómo pude dibujar tantas cosas". "Es como si lo hubiera hecho otro". EFE.

Un mapa que preocupa

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