

Fue un viajero incansable y un amigo incondicional, como con los también modernistas, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez (foto).
Destacó nuestra cultura ancestral, como en las Palabras Liminares a Prosas profanas:
Si hay poesía en nuestra América ella está en las cosas viejas, en Palenke y Utatlán, en el indio legendario, y en el inca sensual y fino, y en el gran Moctezuma de la silla de oro. Lo demás es tuyo, demócrata Walt Whitman.
Si bien en ese mismo texto escribió que no deseaba marcar el rumbo de los demás, en el Prefacio de su famoso Cantos de vida y esperanza se refirió al Modernismo como el movimiento de libertad que me tocó iniciar en América. Muchos países lo recuerdan en monumentos, como el que está en su país natal, cerca de la plaza de la Revolución en Managua, Nicaragua (foto).