En
mis primeros años de periodista en radio El Espectador de Uruguay, una de mis mejores
escuelas, había un espacio llamado Hablemos correctamente nuestro idioma, donde
en un minuto se ilustraba sobre alguna palabra o expresión, de la forma más
didáctica posible. Me gustaba tanto ese aporte cultural que en algunas
ocasiones para aprender más y más rápido, me encerraba en una cabina de audio con los rollos o carretes de
grabación en unos antiguos aparatos Revox, para escucharme todos los mensajes juntos. Esto me lo recordó el siguiente breve pero ilustrativo mensaje, cuyo autor no conozco,
pero tomé del Muro del colega y amigo uruguayo Jaime Clara.Estimado lector, aprenda que: ‘Haber’ es un verbo, ‘A ver’ es mirar, ‘haver’ no existe. ‘Hay’ es haber. ‘Ahí’ es un lugar. ‘Ay’ es una exclamación y ‘ahy’ no existe. ‘Haya’ es haber. ‘Halla’ es encontrar. ‘Allá’ es un lugar y ‘haiga’ no existe. ‘Iba’ es de ir. ‘IVA’ es un impuesto e ‘Hiba’ no existe. ‘Valla’ es una cerca, ‘Vaya’ es ir y ‘Baya’ es un futo.
Contra horrores de ese tipo, hace varios años advirtió el Nobel de Literatura colombiano, Gabriel García Márquez, al desatar una auténtica polémica en su famoso discurso de Zapatecas»…
Muchos años después... no frente al pelotón de fusilamiento, como escribió Gabo en Cien años de soledad, sino en mi vida real, leí el libro Palabras en el mapa (foto), curiosamente del escritor de ciencia ficción, pero del mayor realismo, el científico y divulgador ruso-estadounidense Isaac Asimov, que recomiendo especialmente. Y quien tras leer y escribir tanto dijo: La autoeducación es, estoy convencido, el único tipo de educación que existe.
