El caso Armstrong y ¿por qué lo crucificaron?

La gloria del campeón. Foto: notired.com.mx

El más exitoso ciclista de la historia, el estadounidense Lance Armstrong, sigue en medio de la polémica mundial. Siete años después de su último Tour de France, que ganó desde 1999 a 2005, fue sancionado por la agencia antidopaje de EE.UU, acusado de provocar “la mayor crisis de la historia”. La Agencia Estadounidense Antidopaje (Usada), en un informe de mil páginas, con puros testimonios, lo acusa de usar sustancias prohibidas; eritropoyetina, píldoras de testosterona y transfusiones de sangre...
La eritropoyetina es una hormona que estimula la formación de glóbulos rojos. La testosterona es la hormona masculina, esencial para la vida, contra la osteoporosis, y su deficiencia puede afectar el apetito sexual, lo que sabrá la esposa de Armstrong. Y, en cuanto a las transfusiones de sangre, ¿no son buenas y recomendables hasta cada seis meses?
¿Cómo el país más rico y con mayor desarrollo tecnológico puede haber demorado siete años en comprobar que el deportista se dopaba? Son exámenes e interrogar a personas, algo que parece que hacen tan bien.
“Armstrong no tiene lugar en el ciclismo”, dijo Pat Mc Quaid, presidente de la Unión Ciclista Internacional, UCI. Armstrong superó un cáncer y 208 análisis antidopaje, y en ninguno dio positivo. El cinco veces ganador del Tour de Francia, Miguel Indurain, su compatriota español Alberto Contador y el colombiano José Serpa, lo apoyan. ¿No habrá otros intereses detrás?
Creo más gratificante hablar de su fundación Livestrong»…