La segunda muerte de Pepe Cornejo


No conocí a Pepe Cornejo, a quien mataron en la vía pública el 20 de noviembre pasado. Pero sí a Diego, su hermano y colega. Y con lo buena persona y excelente profesional que es, no dudo de la bondad y honestidad de aquel.
Tampoco he acompañado al grupo de familiares de víctimas de la violencia en la concentración periódica de La Carolina, aunque la apoyo plenamente. Como dicen ellos,  “al dolor de su ausencia, se suma la indefensión y el quemeimportismo”.
A mi me asaltaron a mano armada y robaron otras veces. ¿A cuánto estuve de la muerte? ¿Y usted?...
Es curioso pero cierto que al dolor por la pérdida del ser querido, se sume la indignación por la  inoperancia en la investigación, si es que ésta se cumple, ya que, según Diego, “hasta hoy, ni el Estado, ni el Gobierno, ni el presidente de la República, ni la Policía tienen una respuesta”. Agregó que, “Rafael Correa ni siquiera se molestó en leer la carta que le envié hace tres meses”. Claro, es oportuno recordar que Pepe no estaba casado con asambleísta alguna, ni era influyente en el ámbito del poder. Pero no por ello, era menos persona, aunque en la actual crisis de valores, ser buena persona, no resulte ser lo más importante.
¿Es que la vida de las personas vale según su cargo, lo que tiene o lo que es y hace?

CON 'LOS CINCO SENTIDOS DEL PERIODISTA', según Ryszard Kapuściński (1932-2007).

ALGUIEN LO TIENE QUE DECIR


OPINIÓN AJENA

Viste, el negocio es ser asambleísta (…), ese man ha comido hasta ahora, entre los tres hospitales, como USD 2 millones.
Uno de los mensajes en el teléfono de José Alfredo Santos (alias Chofer), uno de los hombres cercanos al exasambleísta preso Daniel Mendoza, en la trama de corrupción de la adjudicación de obras en Manabí.
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Un mapa que preocupa

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