Sí, 'aunque usted no lo crea' y yo tampoco. 1500 horas. 62 días y medio hablando sin parar. ¡Más de dos meses!
Imagínate sentado cómodamente en un cine y ¡viendo unas 60 películas seguidas! Es como si empezaras a leerme ahora, y lo hicieras sin parar hasta mediados de enero del próximo año 2017. Y eso, sin contar todas las otras declaraciones, con medios de comunicación, inauguraciones, debates, mítines políticos, cumbres, y saludos –partidarios y oficiales- desde el balcón de Carondolet...
¿Se imaginan esa cantidad de horas en TV y radio para difundir programas de interés, con profesionales que lo hagan bien? Sólo eso, sin tener en cuenta los millones de dólares del gasto en tiempo de trabajo, las contrataciones -camarógrafos, sonidistas, editores, locutores, actores, humoristas, traductores-, producciones, viajes del material, profesionales y gente que aplauda.
Imagínate sentado cómodamente en un cine y ¡viendo unas 60 películas seguidas! Es como si empezaras a leerme ahora, y lo hicieras sin parar hasta mediados de enero del próximo año 2017. Y eso, sin contar todas las otras declaraciones, con medios de comunicación, inauguraciones, debates, mítines políticos, cumbres, y saludos –partidarios y oficiales- desde el balcón de Carondolet...
¿Se imaginan esa cantidad de horas en TV y radio para difundir programas de interés, con profesionales que lo hagan bien? Sólo eso, sin tener en cuenta los millones de dólares del gasto en tiempo de trabajo, las contrataciones -camarógrafos, sonidistas, editores, locutores, actores, humoristas, traductores-, producciones, viajes del material, profesionales y gente que aplauda.
¿Saben en el Guinness World Records que estamos ante una marca
mundial de este fenómeno comunicativo? Ah no, Cuba y Venezuela nos superan.