El periódico parisino Le Petit Journal convocó en 1894 la primera carrera de
automóviles de la historia, que tuvo lugar el 22 de julio de ese año en un trayecto de 126 km
entre las ciudades francesas de París y Rouen.
El vencedor de la prueba –en la que participaron 102 competidores– fue el conde Jules de
Dion, uno de los pioneros de la industria automovilística europea, a bordo de un De Dion Bouton
equipado con un motor de vapor.
El vehículo del ganador había sido fabricado por la sociedad que De Dion mantenía
desde 1882 con Georges Bouton y Armand Trépardoux.
Los demás corredores utilizaron todo tipo de motores: los había eléctricos, varios de vapor y hasta algunos de aire comprimido, pero lo que más llamó la atención fue una máquina nueva, propulsada por un émbolo movido por la explosión de los gases de la nafta, un combustible extraído del petróleo, aceite mineral que hasta entonces se usaba para iluminación...
Los demás corredores utilizaron todo tipo de motores: los había eléctricos, varios de vapor y hasta algunos de aire comprimido, pero lo que más llamó la atención fue una máquina nueva, propulsada por un émbolo movido por la explosión de los gases de la nafta, un combustible extraído del petróleo, aceite mineral que hasta entonces se usaba para iluminación...