ALGUIEN LO TIENE QUE DECIR


OPINIÓN AJENA

Viste, el negocio es ser asambleísta (…), ese man ha comido hasta ahora, entre los tres hospitales, como USD 2 millones.
Uno de los mensajes en el teléfono de José Alfredo Santos (alias Chofer), uno de los hombres cercanos al exasambleísta preso Daniel Mendoza, en la trama de corrupción de la adjudicación de obras en Manabí.
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CON 'LOS CINCO SENTIDOS DEL PERIODISTA', según Ryszard Kapuściński (1932-2007).

Asaltos en taxis falsos; viaje a lo desconocido

Frente a autoridadSin placas¿Y la placa?Me vendenPlaca blanca


Retomando el tema de la inseguridad, las últimas cifras de asaltos, confirman la inquietud de la gente a la hora de tomar un taxi. Y esto se agrava cuando miles de vehículos no se sabe en manos de quién están, como lo documentan las fotos de esta galería. ¿Es tan difícil ordenar la situación?
En Quito
7 de cada 10 secuestro express en taxis
»…
En Guayaquil En enero 31 asaltos. Febrero 26 y marzo van 10 asaltos»…
Aunque mal de muchos consuelo de tontos, en Brasil el asalto tiene perfume de mujer»…
La dictadura en el tránsito

Son miles. Los hay de distintos colores, modelos y tamaños, especialmente chicos, para viajar bien incómodos. Aunque tienen taxímetro cobran lo que quieren. Y lo peor, tienen placas tomate o blancas, pero en el mejor de los casos. En muchos, no la tienen y menos el registro oficial del Municipio de Quito que deben llevar al costado y en el prabrisas. Son fotos de Quito, pero el caos, también es en Guayaquil. Con la creciente inseguridad, uno sube a un taxi y puede ser el comienzo de un viaje a lo desconocido. En vez del Pico y placa en Quito, debería ser Pico ¿y la placa? ¿Qué hacen las autoridades?

La dictadura de los buseros
El Vallenato me gusta, y desde mucho antes de recorrer el Caribe colombiano. Pero todo tiene un límite. Subí al bus cerca del Aeropuerto de Quito. Como un golpe, el vaho de la radio me envolvió con su exceso de decibeles. Me fui al fondo, ya que la joven no cobra el boleto al subir, y se complica haciendo al final, lo que puede hacer al principio sin correr a los pasajeros y molestando. Me senté y abrí La hoguera bárbara de Alfredo Pareja Diezcanseco, que estoy releyendo a raíz del centenario de la masacre. Iba de un paisaje ecuatoriano a una revolución, mientras el bus parecía vibrar por el estruendo de los Vallenatos que escupía la radio, cuyo nombre no pude descifrar. Entre tema y tema, aparecía un presentador gritando, como quien le explica a un sordo, para decir un aviso o la hora. Cuando subí al bus, iba a ritmo de paseo turístico, pero poco después el conductor entró en un trance de piloto y pensé que el destino del viaje sería otro, posiblemente trágico. El libro es atrapante, pero era imposible disfrutarlo sometido a la tortura auditiva y carrera mortal. A unos 40 minutos de la travesía, por Av. Amazonas, el conductor, en lugar de seguir dobló por Juan Carrión a la izquierda. Ante el reclamo de algunos pasajeros, concretó su hazaña inmutable, y una señora enojada y resignada, de las que se bajó conmigo, dijo; desvió porque hay mucho tráfico. Abuso sin control y resignación. Eso es lo que hay.

Un mapa que preocupa

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