Actualización Muerte política anticipó muerte física
Volviendo a Enrique Ayala Mora, sobre la responsabilidad de la masacre, los alfaristas culparon al Gobierno, a Plaza y al placismo, a los conservadores y clérigos. Los Liberales antialfaristas lo imputaron a los conservadores; estos acusaron al liberalismo en masa. La administración Freile simplemente adjudicó la matanza al pueblo.
Si los autores fueron vistos en pleno día por una multitud, varios divulgaron orgullosamente su acto y el escritor Alfredo Pareja describe en detalle a todos los autores; cochero, carnicero, Rosa y hasta el clérigo Serrano, me pregunto, a 100 años del bárbaro acto, alguien cree que ¿la justicia tarda pero llega?
En 1910, una vez más Don Eloy se vio atrapado por la designación de su sucesor en la presidencia… dice el historiador Enrique Ayala Mora. Alfaro, luego de consultar a una junta de notables, resolvió apoyar a Emilio Estrada, viejo y leal compañero de lucha. Otra junta de liberales antialfaristas decidió respaldar a Alfredo Baquerizo Moreno. Flavio Alfaro, militar sobrino de Alfaro insistió en presentarse a la elección. Estrada ganó abrumadoramente la elección, pero Eloy Alfaro, poco después estimó que debía renunciar por el estado de salud.
Entre divisiones militares y civiles y rumores de inminente golpe, Estrada murió a los cuatro meses y nuevamente el presidente del Senado Carlos Freile Zaldumbide ocupó la presidencia. El día de la muerte de Estrada, en Esmeraldas un levantamiento proclamó al general Flavio Alfaro Jefe Supremo.
Eloy Alfaro rompiendo su compromiso de no volver a la política, regresó de Panamá y buscó la pacificación. Hubo enfrentamientos entre el ejército y sublevados. Siguieron la traiciones y Eloy, Medardo y Flavio Alfaro, Manuel Serrano, Ulpiano Páez y Luciano Coral, fueron detenidos. En medio de pujas de poder, los seis fueron trasladados a Quito al Panóptico, donde la turba los asesinó, arrastró, descuartizó y finalmente en El Ejido les prendieron fuego.
La violencia está en la naturaleza del ser humano. Pero mirando la historia, es curioso que la tranquilidad y solidaridad del ecuatoriano, pueda alcanzar estos picos de violencia.
En cuanto a inestabilidad política, no solo la última década con siete presidentes que no terminaron su mandato, es gráfica, sino que en la historia se destacan múltiples revoluciones, como: la revolución de las Alcabalas, de los Estancos, de la Independencia, de los chiguaguas, Marcista, Liberal, Conchista, Juliana, del 28 de Mayo, nacionalista de las fuerzas armadas, según Jorge Núñez Sánchez en 2003 en el prólogo del clásico literario La hoguera bárbara, de Alfredo Pareja Diezcanseco.
Alfaro en cine y textos»… Alfaro en 120 eventos»…
Volviendo a Enrique Ayala Mora, sobre la responsabilidad de la masacre, los alfaristas culparon al Gobierno, a Plaza y al placismo, a los conservadores y clérigos. Los Liberales antialfaristas lo imputaron a los conservadores; estos acusaron al liberalismo en masa. La administración Freile simplemente adjudicó la matanza al pueblo.
Si los autores fueron vistos en pleno día por una multitud, varios divulgaron orgullosamente su acto y el escritor Alfredo Pareja describe en detalle a todos los autores; cochero, carnicero, Rosa y hasta el clérigo Serrano, me pregunto, a 100 años del bárbaro acto, alguien cree que ¿la justicia tarda pero llega?
En 1910, una vez más Don Eloy se vio atrapado por la designación de su sucesor en la presidencia… dice el historiador Enrique Ayala Mora. Alfaro, luego de consultar a una junta de notables, resolvió apoyar a Emilio Estrada, viejo y leal compañero de lucha. Otra junta de liberales antialfaristas decidió respaldar a Alfredo Baquerizo Moreno. Flavio Alfaro, militar sobrino de Alfaro insistió en presentarse a la elección. Estrada ganó abrumadoramente la elección, pero Eloy Alfaro, poco después estimó que debía renunciar por el estado de salud.
Entre divisiones militares y civiles y rumores de inminente golpe, Estrada murió a los cuatro meses y nuevamente el presidente del Senado Carlos Freile Zaldumbide ocupó la presidencia. El día de la muerte de Estrada, en Esmeraldas un levantamiento proclamó al general Flavio Alfaro Jefe Supremo.
Eloy Alfaro rompiendo su compromiso de no volver a la política, regresó de Panamá y buscó la pacificación. Hubo enfrentamientos entre el ejército y sublevados. Siguieron la traiciones y Eloy, Medardo y Flavio Alfaro, Manuel Serrano, Ulpiano Páez y Luciano Coral, fueron detenidos. En medio de pujas de poder, los seis fueron trasladados a Quito al Panóptico, donde la turba los asesinó, arrastró, descuartizó y finalmente en El Ejido les prendieron fuego.
La violencia está en la naturaleza del ser humano. Pero mirando la historia, es curioso que la tranquilidad y solidaridad del ecuatoriano, pueda alcanzar estos picos de violencia.
En cuanto a inestabilidad política, no solo la última década con siete presidentes que no terminaron su mandato, es gráfica, sino que en la historia se destacan múltiples revoluciones, como: la revolución de las Alcabalas, de los Estancos, de la Independencia, de los chiguaguas, Marcista, Liberal, Conchista, Juliana, del 28 de Mayo, nacionalista de las fuerzas armadas, según Jorge Núñez Sánchez en 2003 en el prólogo del clásico literario La hoguera bárbara, de Alfredo Pareja Diezcanseco.
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