ALGUIEN LO TIENE QUE DECIR


OPINIÓN AJENA

Viste, el negocio es ser asambleísta (…), ese man ha comido hasta ahora, entre los tres hospitales, como USD 2 millones.
Uno de los mensajes en el teléfono de José Alfredo Santos (alias Chofer), uno de los hombres cercanos al exasambleísta preso Daniel Mendoza, en la trama de corrupción de la adjudicación de obras en Manabí.
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CON 'LOS CINCO SENTIDOS DEL PERIODISTA', según Ryszard Kapuściński (1932-2007).

Correa y 'la conspiración' de los medios en el 30S y las verdades y mentiras vigentes

Notas pasadas, pero con periodistas y militares que dicen sus verdades. 
En un remitido publicado este fin de semana en los medios que integran la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos, la AEDEP, hizo las siguientes aclaraciones sobre la nueva acusación del presidente Correa a los medios de comunicación.
“En una de sus intervenciones públicas, el presidente de la República, Rafael Correa, ha vuelto a acusar a los medios de comunicación —sin precisar qué medios ni exhibir pruebas objetivas— de haber tramado una presunta conspiración que condujo a los lamentables hechos del 30 de septiembre de 2010.
En esa fecha, lo conoce la ciudadanía suficientemente, una reivindicación salarial de efectivos de la Policía se convirtió en una inaceptable y peligrosa revuelta que, inclusive, puso en riesgo la vida del jefe de Estado. Mientras eso sucedía, el presidente declaró el estado de excepción y salvo los medios gubernamentales ningún otro pudo informar a la ciudadanía de los dramáticos acontecimientos que ocurrían, que lamentablemente costaron la vida de 10 compatriotas, heridas a 274, y condujeron a una compleja crisis institucional de seguridad...
Las contradicciones del General sobre el '30S' 

Según el aparato de propaganda del Gobierno del presidente Correa, esos repudiables sucesos formaron parte de un intento de golpe de Estado —que denomina ‘blando”— y de un intento de magnicidio. Ahora, tras la publicación de un libro escrito por quien se desempeñaba como jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas el 30 de septiembre de 2010, inexplicablemente, el presidente ha vuelto a insistir en su grave acusación contra los medios.

Los diarios asociados en la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos -AEDEP- rechazan tal imputación. Aun cuando el presidente Correa nos ha tomado como sus enemigos desde que llegó a Carondelet, jamás los diarios y revistas asociados en la AEDEP han buscado el derrocamiento del presidente, mucho menos su asesinato. Esta posibilidad es impensable. Tales afirmaciones, en vez de fortalecer una democracia en que los medios de comunicación privados jueguen un rol positivo, más bien siembran las dudas sobre los principios y valores, así como la vigencia histórica de la democracia republicana.
La Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos, al país
En una de sus intervenciones públicas, el presidente de la República, Rafael Correa, ha vuelto a acusar a los medios de comunicación —sin precisar qué medios ni exhibir prueba objetivas— de haber tramado una presunta conspiración que condujo a los lamentables hechos del 30 de septiembre de 2010.
En esa fecha, lo conoce la ciudadanía suficientemente, una reivindicación salarial de efectivos de la Policía se convirtió en una inaceptable y peligrosa revuelta que, inclusive, puso en riesgo la vida del jefe de Estado. Mientras eso sucedía, el presidente declaró el estado de excepción y salvo los medios gubernamentales ningún otro pudo informar a la ciudadanía de los dramáticos acontecimientos que ocurrían, que lamentablemente costaron la vida de 10 compatriotas, heridas a 274, y condujeron a una compleja crisis institucional de seguridad.

Según el aparato de propaganda del Gobierno del presidente Correa, esos repudiables sucesos formaron parte de un intento de golpe de Estado —que denomina ‘blando”— y de un intento de magnicidio. Ahora, tras la publicación de un libro escrito por quien se desempeñaba como jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas el 30 de septiembre de 2010, inexplicablemente, el presidente ha vuelto a insisitir en su grave acusación contra los medios.

Los diarios asociados en la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos -AEDEP- rechazan tal imputación. Aun cuando el presidente Correa nos ha tomado como sus enemigos desde que llegó a Carondelet, jamás los diarios y revistas asociados en la AEDEP han buscado el derrocamiento del presidente, mucho menos su asesinato. Esta posibilidad es impensable. Tales afirmaciones, en vez de fortalecer una democracia en que los medios de comunicación privados jueguen un rol positivo, más bien siembran las dudas sobre los principios y valores, así como la vigencia histórica de la democracia republicana".

‘A seis años, el 30S cala en la historia como un acto simbólico’. Es el título del editorial de El Telégrafo. Como era de esperarse, el diario oficial sale con su diatriba sobre la revuelta policial oficialmente famosa en reclamo de beneficios que les habían suprimido. Como el artículo no tiene firma, supongo que es del director Orlando Pérez, o a sugerencia del propio Correa, como ‘dueño’ del medio que se proclama público y modelo de  periodismo nacional. 
Dicen que “no hay dudas de que la intención no solo era asesinar al presidente’. ¡Por favor! No se puede subestimar tanto a un policía o militar. Yo que solo de niño conocí en el campo lo que es disparar con una escopeta, un rifle o revólver, sé que con la provocadora decisión de Correa de ir a la boca del lobo, exponerse junto cientos de policías, aparecer incitando a que le disparen en una ventana, serían ocasiones suficientes para matarlo, hasta con una piedra. ¡Ni hablar para un francotirador que mata a 1.500 o 2.000 metros con precisión de cirujano!
Además, ¿alguien puede pensar o imaginarse a policías de tropa dando un golpe de Estado? 
Si ‘ningunean’, como acostumbran, a los policías o militares, no deberían hacerlo con el resto de la gente que, entre alguna virtud, pensamos.
Correa cuestiona a exjefes militares por 'acción tardía'

Venezuela lidera la corrupción del mundo

De 180 países, según el último informe anual global de Transparencia Internacional sobre la percepción de corrupción del sector público, la peor calificada es Venezuela. Le siguen Haití, Nicaragua y Guatemala.
Pese a algunas excepciones, Latinoamérica sigue en niveles críticos.
Los mejores alumnos son Nueva Zelanda, Dinamarca y Finlandia mientras que los peores son Somalia, Sudán del Sur y Siria.
El informe revela que la percepción de la corrupción en el sector público en los países latinoamericanos sigue muy alta a pesar de ciertos avances.
La organización resalta la creación de legislaciones fuertes, como en Chile, y la investigación a altos personajes de poder como en Ecuador y Perú. No obstante, estos avances no son generalizados y “no constituyen políticas integrales que aborden las causas históricas y estructurales de la corrupción en la región”, argumenta la ONG.
La ONG lamenta que las mejoras sean muy sensibles o inexistentes, de hecho, resalta que los dos tercios de los países no superan el puntaje 50, lo cual corresponde a niveles altos de corrupción y que el promedio global sea solamente de 43. Denuncia también que “los activistas y los periodistas en los países corruptos arriesgan diariamente sus vidas por el hecho de denunciar”.
Transparencia advierte que al menos un periodista es asesinado por semana en un país altamente corrupto.


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El periodismo en pantalla grande y libro

The Post, la última película de Spilberg, recrea la mayor pulseada del gobierno con el periodismo con la filtración de los papeles del pentágono que cambiaron el curso de la guerra de Vietnam. Ese tema está en mi libro Secretos en jaque, en el capítulo, Los Papeles del Pentágono.
, pág 36.
En 1971, el director y editora de The Washington Post, descubrieron una filtración de documentos que revelaba que la administración del presidente Johnson había mentido sobre la guerra de Vietnam. El diario publicó los Papeles del Pentágono, lo que causó un gran escándalo y una batalla sin precedentes entre periodistas y el gobierno.
¿Quién filtró los documentos? y ¿qué ocurrió? Esas y otras respuestas están en mi último libro en Amazon...


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