En Ecuador vivimos al ritmo del realismo mágico literario, la realidad supera a
la ficción. Es ¡un escándalo peor que el otro!
A la lista diaria de corrupción se suman hechos indignantes e inmorales. Unos
corruptos se infartan, mientras otros fugan o piden asilo. Pero parece que la
mayoría sigue en el país y hasta ocupando altos cargos en los diferentes
poderes del Estado.
Como saben, los peores casos han sido aprovecharse de la desgracia por
enfermedad de la gente durante la pandemia del Covid 19. Los que han muerto y no debieron morir, los que se
murieron solos y aún sus familiares buscan sus cadáveres…
Como si no robaran lo suficiente, en los últimos días estalló la facturación de
sepelios, cremaciones y hasta rezos falsos de las funerarias al IESS.
Pensé, esto es muy difícil de superar. Pero se lo superó. En las últimas horas
y tras la fuga fallida de un tal Salcedo, el “empresario” de la corrupción, se
supo que algunos asambleístas, familiares de ellos y jerarcas de gobierno,
entre otros, tienen carnés como discapacitados con los que han importado autos
de alta gama sin impuestos y tenido otros beneficios.
En el caso de la Asamblea Nacional, por su ineficiencia y falta de
credibilidad, uno podría sospechar que hay incapacidad, pero la denuncia
revelada, confirma ese hecho oficialmente.
¿Se puede ser tan miserable?
Lamentablemente, la respuesta es, en los políticos de Ecuador, sí.Fotos: arriba, asambleístas Israel Cruz y Fabricio Villamar.
Abajo, gobernador de Los Ríos, Camilo Salinas, y asambleísta Marcia Arregui.