Las segunda muerte de una francesa en Ecuador

Charlotte Mazoyer, era científica y tenía 27 años cuando la mataron de un balazo en Quito, donde estudiaba y trabajaba. Fue en un asalto en Guápulo, cuando volvía a su casa.
A cuatro años del asesinato, la justicia sentenció a 12 meses de prisión al médico y el exdirectivo de la Clínica Pichincha de Quito, quienes según el tribunal sexto de Garantías Penales son “culpables por no haber prestado atención oportuna a la ciudadana francesa”. La frase entre comillas, para ser directos se traduce como, la dejaron morir. ¿Por qué? ¿No había un especialista, no tenían quirófano o algún aparato sofisticado? No, increíblemente no. Para sorpresa de sus padres, amigos y todos quienes tengamos algo de sensibilidad, quedó en evidencia que para atenderla “solicitaron una garantía bancaria”, y no se hicieron los estudios urgentes cuando la paciente de desangraba por un disparo en el corazón.
Clínica Pichincha, linda por fuera, ¿y por dentro?

Fuera de foco
Al conocerse la sentencia, rompió el silencio Francisco López, exrepresentante legal de la Clínica Pichincha, quien dijo que apelarán la sentencia y que no saldrá del país. Reconoció que, con el fallo, ponía fin a su carrera de 45 años como médico porque, a su criterio, “no hay garantías para ejercer la profesión”. ¡¿Cómo?! No hay garantías para ejercer la profesión o para que cumplan con el mandato Hipocrático y de gobierno que una persona herida debe ser atendida sin andar buscando quien ponga una tarjeta de crédito o depósito de dinero.

Hace tres años, la justicia condenó a 16 años de prisión a los tres autores materiales del crimen de Charlotte, quienes ya habían matado a otra persona.

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