La legisladora Guadalupe Salazar, es acusada de extorsionar a varios
funcionarios suyos y otros cercanos en el ámbito de la salud.
Según un denunciante anónimo, la asambleísta cobrara el ya famoso “diezmo”, es
decir, el 10% de los sueldos. Los empleados comenzaban pagando una entrada de 1.000 dólares y cada
año debían aportar cifras parecidas.
Como telenovela actual podría titularse Guadalupe, la reina del diezmo.
Su promesa de "sueños por alcanzar", parece que tenían que ver con el dinero y no con ser asambleísta.